EDITORIAL PROGRAMA «DE FRENTE»
Es indudable que el mayor desafío de la comuna paranaense es ganarse la confianza de los ciudadanos, ya que no puede subsistir de empréstitos, porque llega un momento en que estos deben ser cancelados.
Las autoridades que recientemente asumieron en el Municipio de la Capital Provincial deben hacer frente a una serie de temas muy sensibles, entre ellos el transito y el transporte, por lo cual ya se han tomado medidas como la de restringir la circulación de coches particulares en el micro centro. Disposición que ha logrado que la mayoría de los comerciantes pusieran el grito en el cielo (justamente el sector que más trata de cautivar el municipio para que vuelva a contribuir).
La medida tiene como objetivo que el peatón pueda circular con comodidad y sin sobresaltos, pero la restricción no alcanza a los 800 remises, a los taxis o lo cientos de colectivos que pasan rápida y repetidamente, con lo cual, el número de cruces por cada uno de estos servicios de transporte hace que la circulación siga siendo alta. Es esta una medida polémica, queda por ver que efecto logra en el tiempo.
Pero más allá de estos temas tan controversiales, la mayor preocupación esta centrada en otra parte, es que mientras el municipio le pide al vecino que vuelva a abonar sus tazas ahora que los dineros públicos están asegurados, el Gobernador Sergio Urribarri y el Ministro de Economía Diego Valiero declaran “le préstamos la plata pero la comuna de Paraná deberá comunicar los actos administrativos que se realicen con el crédito solicitado. La Provincia fiscalizará la aplicación del préstamo y el Municipio deberá prestar toda la colaboración necesaria para asegurar el efectivo control del gobierno entrerriano”.
En otras palabras están diciendo: le damos el dinero pero ojo, que los vamos a controlar. Y esta exigencia sólo delata una manera de justificar el empréstito para que otros municipios no demanden lo mismo y se desborde la situación financiera provincial. Al final, lo único que este imperativo logra hacia afuera, es generar incertidumbre.
En definitiva, como dijera un filósofo, «Algunos se equivocan por temor a equivocarse».
Ricardo David.
