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Hace poco el Senador Osvaldo Chesini sacudió el ambiente político una frase contundente: “Guastavino es inimputable”.
Esta declaración tuvo repercusión, además, porque la decía uno de los Legisladores que llego de la mano del ex Vicegobernador. Ya que fue este último quien puso a Chesini en la lista de candidatos a la Cámara Alta provincial. Un Guastavino que siempre fue un hombre muy cercano a la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández, y a su marido, Néstor Kirchner, a quienes conoció en sus épocas de estudiante.
Pero otro de los que llegaron gracias a Guastavino, el Intendente de Gualeguaychú, Juan José Bahillo, no se hizo presente el pasado martes en la plaza de los Dos Congresos, junto al resto de Presidentes Municipales que acompañaron a Sergio Urribarri.
Por esto, según cuenten en los mentideros políticos de Gualeguaychú, Bahillo estaría asustado, no se dejaría ver fuera de su casa, de su oficina.
Esta actitud de alejamiento del Intendente, sumada a la de los Legisladores Bettendorff y Chesini, deja muy mal parado a Guastavino frente a la Nación y a la provincial.
Es que al ex Vicegobernador se le fueron todos: El Diputado, el Intendente y hasta el Senador que lo definió como “inimputable”.
