Según empleados de carrera de este organismo, la repartición se parece más a un cabaret o a un “antro de perdición” que un serio ente de recaudación fiscal.
Mientras funcionarios de la DGR recorren la provincia para enseñar como cobrar impuestos a los Municipios, función por la cual reciben jugosos viáticos y otras yerbas, en Rentas se denuncian irregularidades de todo tipo.
Empleados de la repartición censuran los movimientos en temas como viáticos, comisiones, contratación de empresas, etc., etc.
Los escándalos no paran, ya que según cuentan los trabajadores, un abogado de apellido Massutti se habría agarrado a trompadas en el edificio de la DGR con el Director de Impuestos.
Ambos, ante la vista de todo el mundo, se habrían trabado a “trompadas limpias” en pasillos y oficinas, mientras volaban sillas por todos lados y se insultaban, prometiéndose mutuamente a los gritos, que se iban “a matar”.
Aunque esto no es Hollywood sino Rentas, pasa de todo. De frente muestran una cosa y por detrás dejan el traste al aire.
Realmente escandaloso el lugar donde van a parar los impuestos de los ciudadanos.
