Una prueba de amor.
VER.
Parece que a un importante y reconocido dirigente del PJ que cumple funciones en la Legislatura, una de sus seguidoras le habría hecho notar que estaba un poquito gordito.
El hombre, ante la observación femenina, decidió tomar en cuenta la recomendación y bajar de peso, para lo que no tuvo mejor idea que ir a una dietóloga y contratar a través de esta un servicio de viandas hipocalóricas.
Parece que la primera vianda que recibió el desdichado dirigente fue un pastel de carne, con la poca fortuna que le habría caído muy mal. Tanto que le habría provocado diarrea por varios días, y no dejó baño en la Legislatura sin visitar.
Pero en definitiva, en esta historia, la fiel seguidora de este importante y reconocido referente del peronismo, obtuvo en tiempo récord lo que a cualquiera le llevaría meses. Logró que su admirado obtenga una silueta envidiable en pocos días.
