Arden los mentideros municipales
Hace unos días, tras una dura discusión, la intendenta de Paraná y su viceintendente ya no se hablan, es más, ayer Grand no apareció en la inauguración del Consejo de la Mujer.
Según comentan los mentideros cercanos a la intendenta de Paraná, Blanca Osuna, y al vicepresidente municipal, Gastón Grand, la relación entre ambos estaría cortada ya que hace unos días habrían tenido una fuerte discusión y ya no se dirigirían la palabra.
Los allegados a ambos afirman que Grand se habría quejado con la intendenta, entre otras cosas, porque lo tendrían “planchado” y no le darían participación en las decisiones del municipio.
Eso le habría recriminado el presidente del Honorable Concejo Deliberante a Blanca Osuna, quien, con muy pocas pulgas, habría terminado la discusión en tono alzado.
Se dice que ahora los dos ya no se hablan y Gastón Grand sólo participa en los actos protocolares.
Es más, ayer se realizó un acto emblemático para la intendenta de inauguración del Consejo de la Mujer en Almafuerte 14, donde funcionara un prostíbulo, y el vice no apareció, y tampoco su gente.
Gastón Grand es el máximo representante del solanismo en el municipio de Paraná.
Julio Solanas también cuenta entre sus líneas con los concejales Gustavo Guzmán, quien también habría cortado relaciones con Blanca Osuna, Elizabeth González y Rosana Nuñez, quien ocupó la banca que dejó Guillermo Federik para asumir como secretario de Obras Públicas.
Este cortocircuito evidencia las posiciones que se van tomando en las internas del PJ. Por un lado, se encontraría Julio Solanas, quien, si bien dice que se lleva bien con todos, se estaría cortando solo.
Por otro lado, Blanca Osuna junto a José Cáceres, que ayer estuvo presente al igual que en otros actos, y por otro el ministro de gobierno, Adán Bahl, que, según comentan los mentideros, se habría acercado al vicegobernador por una necesidad política.
Aunque en Paraná habría otros actores importantísimos dentro del PJ que todavía no han tomado la decisión de asomar la cabeza.
En definitiva, como dijera un filósofo: «donde menos se piensa, salta la liebre».
