El PJ trata de evitar el escándalo.
Como lo ocurrido en el año ´92, hoy los dos sectores se adjudican tener el apoyo mayoritario de los congresales.
Ambos congresos se realizaron en 1992 en Villaguay, cuando Mario Moine era gobernador de la Provincia y lo enfrentaba a Jorge Busti, que quería tener la conducción del PJ y seguir siendo el mayor referente provincial.
Para mantener su liderazgo Jorge Busti convocó al Congreso en Villaguay. En ese momento tenía de aliados en Paraná a Aníbal Vergara, director del Túnel Sub Fluvial y a Carlos Molina, responsable de la ex EPEER; a quienes Mario Moine echó de sus funciones luego de su alianza con el bustismo.
Moine como demostración de fuerza, con todos los referentes que hasta 1991 se identificaban con Busti, también convocó a un Congreso a la misma hora y en el mismo Villaguay. Éste era presidido por Daniel Rossi que había dejado la vicegobernación para asumir la intendencia en Santa Elena y según comentaban, ni siquiera era congresal. Pero a un pedido del gobernador no se lo podía discutir y mucho menos faltando dos años de mandato.
Hubo muchos dirigentes que participaron de los dos congresos para no quedar mal con ninguno, asistiendo un rato en cada uno. En ambos congresos se anunciaban por los altoparlantes y a coro que había mayoría abrumadora.
Según los comentarios de los mentideros políticos de esa época, reconocidos dirigentes históricos como el “Negro” Etcheverry y Ricardo “Chiche” Vivanco, habrían estado entre los que se variaban de un cónclave a otro. Este último, más allá de tener una afinidad confesa con Busti también participó del Congreso que presidía su amigo “Dani” Rossi, a quien acompañó como funcionario en su paso por la vicegobernación del ´87 al ´91. Aunque “Dani” nunca lo participó a “Chiche” de las “regalías”, aún conociendo que también fumaba, según comentaba el popular, ya desaparecido, Etcheverry.
Hoy parece que la historia se vuelve a repetir, pero esta vez son Busti-Urribarri los protagonistas. Los dos convocan a un congreso y ambos hablan de un seguro apoyo incondicional de la mayoría de los congresales. Aunque se trataría de evitarla para que no se transforme en un verdadero escándalo para el PJ.
