Los compromisos son compromisos.
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Un importante hombre de la política en uno de los Poderes del Estado, se habría presentado con la autoridad máxima y le habría dicho “Acá te traje el contrato por 25 mil para los gastos, como nos habíamos comprometido”.
Sorprendida esta autoridad por el monto del mismo, le dijo “Esta bien, pero dividilo en varios contratos más chicos, no se puede hacer uno solo por 25 mil porque vamos todos presos”.
A este pedido la respuesta habría sido “No lo puedo repartir en 5, porque a cada uno que me firma le tengo que dar milanesa. De una firma por 25, cobro 24 y pierdo mil; pero si lo tengo que repartir en 5, pierdo 5 mil. Si querés que lo reparta en 5, hacemelo por 30 mil”.
Según comentan los mentideros, más allá del tire y afloje y de la dureza en su posición de quien llevó el contrato, de no querer aflojar, parece que le habrían encontrado una solución al problema.
