Un aviso salvó al operador de Urribarri en Diputados.
Según los mentideros, los diputados Bettendorff, Argain, Haidar y Jourdán, entre otros, iban a votar en contra, pero fueron intimados por las tropas de Cáceres.
Cáceres logró mantener su vicepresidencia primera en la Cámara de Diputados de la Provincia.
Ayer, los mentideros de la Legislatura confiaban que varios diputados justicialistas en la sesión que debían elegir a las autoridades votarían en contra de la continuidad de Cáceres, entre los que se nombraba a Juan Bettendorff, Darío Argain, Lucila Haidar y Eduardo Jourdán.
Según se desprendió de la gente de Cáceres, este último habría sido el mentor de esta maniobra, y habría intentado sumar a otros diputados más.
Pero parece que otro par conocía estos planes ya que lo habrían hecho partícipe de esta intención, y según cuentan, le habría advertido a Cáceres de la situación.
Y éste, ni lerdo ni perezoso, viendo que su cargo peligraba y por lo tanto su poder dentro de la Cámara, y más en un año pre electoral, habría llamado a sus lugartenientes para mover sus tropas al Recinto. Así, habría colmado las gradas con compañeros que en su mayoría habrían sido vecinos del Barrio Belgrano, para que ante cualquier intención de los diputados de votar en contra sufrieran el abucheo, huevazos y las bombitas de olor que habrían preparado y llevado en las mochilas.
Es más, la diputada Haidar, al informársele lo que ocurría en el Recinto, habría decidido no bajar ante el temor de ser agredida y mandó una carta aduciendo su no presencia a motivos personales y manifestando que acompañaba a Jorge Busti en la presidencia de la Cámara sin mencionar a Cáceres. Pero esto lo hizo por escrito, sin hacerse presente como se acostumbra en el Recinto.
Los diputados al ver la cara de pocos amigos de la muchachada de Cáceres, encabezada por su mano derecha Gustavo Osuna, decidieron aceptar que el vicepresidente primero mantuviera el cargo.
Esto habla a las claras de que hasta último momento estaba indefinida la vicepresidencia en la Cámara de Diputados, y si el cambio no sucedió, según se desprendió en los mentideros, es porque hubo un entregador que advirtió a Cáceres que intentaban derrotarlo.
