Tomo para no enamorarme, me enamoro para no tomar.
Hasta al mejor cazador se le escapa la liebre, aunque esto le traería, más allá de la pérdida de un inmueble, otro problema mayor.
Un importante funcionario público, que ha ocupado cargos provinciales y municipales de gran repercusión, perdió un departamento de su propiedad, en una de las zonas más cotizadas de Paraná. El motivo fue un embargo por no querer pagar deudas.
Para evitarlo, lo quiso poner al nombre de su novia (quien habita el departamento), pero no alcanzó y se lo quitaron.
Ahora este funcionario, no sólo debe afrontar la pérdida de este importante inmueble de un alto valor en el mercado, sino también que al quedarse su novia sin lugar donde vivir, la debe llevar a su domicilio. Donde él habita con sus hijos, de su anterior matrimonio.
Según se desprende de los mentideros, los chicos no quieren saber nada con la novia de su papá, porque parece que esta mujer, quien es una joven profesional, bebe mucho (no se sabe si es para no enamorarse o porque le gusta el trago). Y esto alteraría aún más el clima del hogar.
Pero, según sostienen este funcionario tiene el cuero duro, y ya ha zafado de muchas. Aunque esta vez parece que al hombre lo ha calado fuerte.
