El ex gobernador apuesta a las bases.
Golpe por golpe, acto por acto marca la estrategia del conductor de PF aunque no puede impedir que varias de sus espadas salten el cerco hacia el urribarrismo.
Busti hace desembarcar a Duhalde en Paraná y lo hace en la casa de su referente más importante, José Carlos Halle, quien hasta aquí ha dicho que si tiene que morir lo va a hacer junto a él porque todo lo que tiene se lo debe.
Aunque el filósofo uruguayense Carlos “Teta” Scelzi sostenga que “todos acompañan hasta la puerta del cementerio, pero nadie entra”.
Sin lugar a dudas, Jorge Busti apuesta a una movilización muy fuerte en el Club Olimpia (el 90% seguramente organizado por Halle) para hacer olvidar el acto de Urribarri en Concordia.
Al parecer la estrategia del caudillo es devolver golpe por golpe, acto por acto.
Pero el gran dilema que se le presenta hoy es no poder impedir que se le crucen al urribarrismo, la gran cantidad de dirigentes que históricamente estuvieron con él y le juraron lealtad eterna.
Esto era algo que nadie esperaba, y mucho menos él. Es más, en alguna oportunidad hizo público que había perdido siete cenas, apostando que un referente suyo de Concordia jamás lo abandonaría. Seguramente este hecho le debe haber dolido y mucho, primero porque fue alguien que no esperaba y segundo por haber perdido la apuesta. No por no poder hacer frente a este gasto, sino que según los mentideros sansalvadoreños nunca tuvo que meter la mano en el bolsillo derecho porque siendo Busti siempre otro levantaba la mesa.
Y a esta fuga de dirigentes no le encontró la forma de responder y contraatacar.
Aunque Busti no es cualquier dirigente y más allá de estas perdidas, sigue apostando a las bases, a aquellas que lo vienen acompañando desde 1987 triunfo tras triunfo, salvo la derrota con Mario Moine junto a “La Cooperativa”.
Algunos sostienen que no hay que preocuparse por los dirigentes, comparándolo con el Menem del 1988 cuando derrotó a Cafiero con toda la estructura de gobernadores, intendentes, legisladores, etc.
Sin embargo, otros dicen que se puede parecer al Menem de 2007 cuando perdió por paliza en La Rioja con un hombre que llegó de su mano a la gobernación, como Ángel Maza.
La gran duda va a ser que escenario se viene, si ex gobernador va a ser como el Menem del ’88 como dicen desde su sector, o el de Menem de 2007 como sostienen desde el urribarrismo.
Como dijera el filósofo: “Cada uno habla de la feria, según como le va en ella”.
