Salga una intimación
Tras casi tres semanas en Londres y el escándalo que provocó la publicación en su Facebook de las fotos del viaje, el titular del ente recaudador de la provincia, Marcelo Casaretto, vuelve a tomar las riendas del organismo.
Junto con el contador, según comentan los mentideros con ironía, volverán las intimaciones a la provincia, ya que hay que recuperar lo perdido en tres semanas de paseo por la capital inglesa.
Casaretto había viajado a Londres para disfrutar de los Juegos Olímpicos y, principalmente, de la selección de básquet y su paseo había causado gran polémica en la provincia.
Esto fue así especialmente porque muchos de los contribuyentes tienen imposibilidad de viajar y, si pudieran hacerlo, tendrían que pasar innumerables trabas para adquirir divisas.
Lo que desató la indignación de contribuyentes y políticos fue la publicación de una foto en la que el contador ostentaba un manojo de libras esterlinas.
Incluso el bloque de senadores justicialistas habría dedicado gran parte de una reunión a descargar su enfado contra el contador.
Es más, según comentan los mentideros, el senador Vilhem habría sido el más enojado y habría gritado: “Si yo fuera el gobernador, ¡la patada en el orto que le pego!”, y también molestó que esto tomara estado público.
Los intendentes tampoco ocultaron su descontento con la actitud del contador, ya que en una reunión de la Liga realizada la semana pasada, según dicen los mentideros, muchos comentaban por lo bajo el escándalo de Casaretto.
Esa reunión era de carácter técnico y tenía como objetivo analizar estrategias para mejorar la recaudación en la provincia y el encargado de llevar a cabo esa tarea quiso disimular su ausencia mandando saludos a través de su segundo, Pipeto Zof.
Según comentaban en forma irónica, Casaretto pretendía inaugurar la reunión a través de una videoconferencia, mientras disfrutaba de la semifinal de tenis entre Del Potro y Federer pero, por problemas en el satélite, el saludo no pudo ser.
Los presentes decían que el tema de conversación entre los presidentes municipales era que el contador estaría muy agrandado y se sentiría intocable.
Además, repetían en forma irónica que mientras a ellos los presionan para aumentar los ingresos de las localidades y de la provincia, el recaudador pasea por Londres con libras en las manos.
El viaje de Casaretto causó gran escándalo entre la gente, que tomó la ostentación del contador como una burla hacia los contribuyentes que él mismo intima para que paguen las tasas.
La clausura de los Juegos Olímpicos puso fin al viaje del contador pero no a la polémica, ya que el recaudador regresa a la provincia sin libras pero con unas cuantas intimaciones en la mano, para recuperar lo perdido.
