Guerra de costas
Según comentaba un importante dirigente de la costa del Uruguay, el secretario del ministro, que lleva y trae y trae y lleva, salió corriendo despavorido por los pasillos pidiendo ayuda.
Dos ministros, uno de la costa del Paraná y otro de la del Uruguay, se trenzaron en una fuerte pelea días atrás en la oficina de uno de los funcionarios.
Aparentemente, la bronca venía desde hace tiempo y habían tenido cruces verbales telefónicos y en persona, hasta que la cosa explotó, según comentaba en una rueda pequeña un importante dirigente de la costa del Uruguay.
La gota que rebalsó el vaso fue cuando a uno de los ministros sus allegados le comentaron que su colega de la costa del Uruguay en una reunión había dicho barbaridades de él, ensuciando su imagen.
En ese instante el ministro agarró el teléfono y llamó a su par y con voz alzada le decía “si querés ensuciarlo al gobernador y él no te dice nada, hacelo, si querés ensuciar a otro funcionario, hacelo, pero si me ensuciás a mí te voy a cagar a trompadas”.
Luego de los insultos y amenazas telefónicas, de golpe el ministro dejó el teléfono y se dirigió raudamente a la oficina del otro e ingresó con prepotencia y comenzaron los insultos.
El ofuscado funcionario de la costa del Paraná le decía de todo al otro, hasta que se trenzaron y volaron trompadas, cabezazos y algún arañazo, lo que provocó que los dos terminaran con magulladuras.
Mientras ocurría la pelea, el secretario del ministro de la costa del Uruguay, profesional del derecho, que lleva y trae y trae y lleva, salió corriendo de la oficina gritando: “¡mis jefes se están peleando! ¡Ayuda!”, poniendo en duda a quién realmente le debía fidelidad.
Después de los golpes, los ministros se llamaron a la cordura y el de la costa del Paraná se retiró. También le volvió la calma al secretario que desesperadamente había salido a pedir auxilio al pasillo.
El hecho no trascendió en su momento, hasta que un dirigente de la costa del Uruguay, al que a veces ni un corpiño lo cubre de ahi el apodo , lo comentó, pero el corolario de la pelea fue que el de Paraná tuvo problemas familiares porque su mujer no creía la explicación al verle la cara llena de arañazos porque habría tenido en cuenta eso de “hazte la fama y échate a dormir”.
