Matrimonio feliz, jubilados tristes
Hecho inédito en la seccional Paraná: es la primera vez que un director designa a su esposa en el organismo y encima como jefa.
Desde el viernes pasado, el PAMI Paraná se transformó en una caldera a punto de explotar.
Los trabajadores del organismo están que vuelan e indignados porque desde hace un tiempo el titular, Carlos Alonso, sostiene que no se puede designar a nadie más, ante el pedido de que las vacantes que se producen por muerte de algún empleado sean ocupadas por sus familiares directos, considerado por éstos como un derecho legítimo.
El titular argumenta que esa modalidad, que ocurre en organismos como vialidad provincial, y los municipios, entre otros, no se puede aplicar y que no se designará a nadie más por cuestiones de austeridad y recortes.
Lo llamativo del caso es que, mientras negaba esto, creaba una agencia, en la que designaría a su mujer como jefa, quien sería oriunda de Concepción del Uruguay.
Esta nueva agencia es destinada a San Agustín, y se ubica en calle Galán. Pero los mentideros del organismo comentan que está en un sitio inapropiado porque está a pocos metros del supermercado Coto y a pocas cuadras de la sede central, que se encuentra en calles Venezuela y Chile.
Además, argumentan que la agencia está muy lejos del barrio para el que fue destinada, porque se trata de una zona muy grande y muy poblada, que no cuenta con colectivos para llegar a la sucursal, mientras que es más práctico para los jubilados llegar a la sede central.
Con la negativa de asumir más personal, Alonso dejó en claro que el recorte y la austeridad corrían por parte de la familia de los trabajadores de un organismo tan sensible como PAMI pero no para él, porque el compromiso que tenía con su mujer es mayor. Más allá de que, según comentan, tuvo que adornar a algunos empleados para que guarden silencio.
