Divide y reinarás
De forma muy astuta, a través de sus referentes y operadores en la provincia funcionales al gobierno nacional, buscan lograr la ruptura en el PJ ante el desdoblamiento; en Paraná lo llamativo es que el único que quiere ser intendente es Varisco.
A menos de 20 días del cierre de listas para las elecciones provinciales de este año, reina en el Partido Justicialista una gran incógnita acerca del futuro de los dos sectores mayoritarios y si llegarán o no a un acuerdo.
Por un lado se encuentra el oficialismo, que encabeza el gobernador Gustavo Bordet, por el otro, Unidad Ciudadana, con las figuras salientes del ex gobernador Sergio Urribarri y el diputado nacional Julio Solanas.
La ex presidenta Cristina Fernández, ya les pidió a los representantes de su sector en la provincia que no vayan por fuera y que participen de las PASO, herramienta que ella misma creó e impulsó, a pesar de los fuertes cuestionamientos que sufrió en su momento, allá por el 2009.
La idea del acuerdo, sin embargo, no convence a algunas de las primeras líneas del gobierno provincial y tampoco a Urribarri y Solanas y a algunos dirigentes incluso les conviene en la pelea interna que tiene el justicialismo, que el peronismo vaya dividido.
De todos modos, la división del PJ supone un serio riesgo para las posibilidades del justicialismo, principalmente si se considera que ante este panorama, en Cambiemos el candidato sería el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
Ante el desdoblamiento de los comicios, desde el gobierno nacional apuestan a la división del PJ para quedarse con la provincia y con los principales municipios, como Concordia, Concepción del Uruguay y Colón.
Al presidente Mauricio Macri se le puede discutir su forma de gobierno pero no que tiene un equipo de pensadores que sabe la forma de construir poder y a donde apuntar para conseguir votos, y sumar electoralmente, y por eso apuntan a que el PJ no logre la unidad.
Si bien el justicialismo ya dirimido sus divisiones en las urnas, el escenario actual, con el gobierno nacional de Cambiemos, es totalmente diferente a las experiencias anteriores, como la de 2007, cuando Solanas encabezó la lista 100; 2011 con Jorge Busti al frente del FEF; o 2013 y 2015 cuando diversos sectores fueron por fuera de la estructura oficial y a nivel nacional Néstor y Cristina Kirchner respectivamente estaban al frente del gobierno.
Actualmente, tanto en la provincia como en el país el contexto que se presenta dista de asemejarse a los de aquellas oportunidades. La principal diferencia es que hoy en día el gobierno nacional no es justicialista y que en la provincia la oposición está unida, con el Pro y la UCR englobados bajo el sello Cambiemos.
Así las cosas, los dirigentes del PJ no pueden darse el lujo de ir dividido a las generales y presentar más de un candidato, algo que pondría en serio riesgo las posibilidades en muchas ciudades y departamentos, incluso las gobernadas por el oficialismo, y en la provincia en general.
En la capital provincial, por ejemplo, el único candidato que realmente quiere ser intendente es quien va por la reelección, Sergio Varisco, que desde una clínica en Buenos Aires en medio de una delicada situación de salud, encabezó el lanzamiento de su candidatura a través de Whatsapp, algo inédito en política.
El resto de los que se han mostrado con pretensiones hasta ahora están escondidos, tanto por Cambiemos como por el justicialismo, en donde se destacan los casos del vicegobernador Adán Bahl y del concejal Sebastián Bértoli.
El número dos de la provincia viene posponiendo su lanzamiento desde hace meses y el futbolista no quiere aceptar el ofrecimiento que le hizo la dirigencia de Unidad Ciudadana, convencido de que sus últimos momentos bajo los tres palos de Patronato merecen su total dedicación.
Más allá de los motivos para las demoras de esas candidaturas, en el microclima político y entre los mentideros, es sabido que tanto Bahl como Bértoli aspiran a que sus nombres figuren en la lista de diputados provinciales.
La única diferencia es que, mientras que el hoy concejal se conformaría solamente con integrar el elenco, el vicegobernador tiene todas las intenciones de encabezarla.
Lo que se percibe en la provincia en general ante la posibilidad de que un sector vaya por fuera es la gran preocupación de los intendentes del oficialismo que buscan retener las localidades, incluso en bastiones históricos como Concordia, Colón y Concepción del Uruguay, a quienes, como dicen los mentideros políticos, no les entra un alfiler en el traste.
El único que ha dicho que tiene muy buena relación con dos los sectores y que pegaría con ambos es el intendente de Gualeguaychú, Martín Piaggio. Aunque esas declaraciones en este Portal causaron gran malestar y críticas en el gobierno provincial, le significarían al intendente mantenerse en pie en las próximas elecciones, porque conoce el peligro que supone inclinarse por uno u otro sector en caso de que el peronismo vaya dividido.
Un departamento que ha crecido de manera enorme demográficamente, y por lo tanto como distrito electoral, es Federación, que tendrá en estos comicios un protagonismo que ha pasado desapercibido a muchos dirigentes y analistas.
Tanto en Chajarí, que preside Pedro Galimberti, como en la ciudad que conduce Carlos Cecco como en el departamento, Federación presenta una gran ventaja para Cambiemos, ya que aportaría una interesante diferencia de unos 15 mil votos, según afirman encuestas serias.
Esos números superan incluso los de la Concordia de los años dorados del peronismo, y serían clave para el resultado global en la provincia, indicadores que el peronismo no puede permitirse desatender.
Por ejemplo, en 1995, el peronismo con Busti perdió en todos los departamentos, lo que quedó demostrado con la integración de una legislatura mayoritariamente opositora, pero obtuvo un gran triunfo con una diferencia abrumadora en Concordia, lo que le permitió quedarse con la provincia.
Hoy un caso similar a ese lo representa Federación, en donde los votos de Pedro Galimberti en Chajarí y de Carlos Cecco en la ciudad cabecera, que se replicarán en todo el departamento, pesarán enormemente en el recuento de puntos en la provincia en general.
Según los mentideros, la realidad del PJ preocupa enormemente en las distintas ciudades gobernadas por el oficialismo provincial, porque pone en un alto riesgo que los históricos bastiones peronistas cambien de color político, como Uruguay, Colón y Concordia.
La situación de Paraná es diferente porque ya está en manos de Cambiemos y el escenario que se presenta en la capital entrerriana ratifica la gran preocupación existente en el peronismo.
De los tres candidatos que más resuenan en Paraná, solo uno quiere ser intendente: el radical Sergio Varisco, los demás, uno está escondido y el otro entrenando y ambos queriendo ser diputados, pero en definitiva sin largar sus campañas, con la gran desventaja que eso conlleva.
El departamento Paraná Campaña es otro distrito clave en el que el justicialismo se quedó prácticamente sin chances, ya que en localidades como Crespo y otras de las más importantes, se vislumbra que el peronismo será vapuleado por Cambiemos, sobre todo si hay división.
A pesar de que algunos sectores intentan instalar ciertos sondeos de opinión que afirman que el peronismo puede ganar la provincia aún si va dividido, lo concreto es que no convencen ni a los intendentes ni a los electores.
Con este panorama, la definición del acuerdo o ruptura, podría definirse antes del cierre de listas, pautado para el 14 de febrero, con la elección de autoridades de la Cámara de Diputados.
Ese hecho será clave ya que si Urribarri continúa en la presidencia del cuerpo, quedará claro que se concretó el acuerdo, mientras que si otro diputado es electo, el quiebre entre el oficialismo y Unidad Ciudadana será evidente.
El acuerdo no es algo personal entre Bordet y Urribarri, sino que responde a lo que significa el ex gobernador en Unidad Ciudadana, y por lo tanto en el justicialismo provincial.
Mientras pasan los días, el peronismo en la provincia se mantiene expectante, a la espera de una definición que será clave para las posibilidades electorales del PJ, ya que los movimientos del justicialismo también determinarán los pasos a seguir por Cambiemos.
Con un contexto nacional diferente al de oportunidades anteriores, el peronismo no puede permitirse ir a los comicios con los dos principales sectores divididos. Con números serios en la mano, ese es un lujo que el oficialismo provincial no puede darse si quiere seguir siéndolo.
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