De los dos lados del mostrador.

Los vaivenes de la política

Los precandidatos a senador ya bajados comentaban irónicamente “los que se enojaban ayer porque Urribarri no los dejó pegar en 2015 hoy apoyan que nos saquen de la cancha a nosotros”.

“Ahora apoyan la estrategia, pero antes la criticaban”, comentan los precandidatos a senadores del justicialismo que tuvieron que bajarse de las PASO o que irán a las internas con la boleta cortita.

La frase hace referencia a quienes criticaron duramente a Sergio Urribarri en 2015, cuando el concordiense era gobernador y para las elecciones de ese año decidió no permitir más de un candidato a intendente justicialista por localidad.

En esta oportunidad, el gobernador Gustavo Bordet decidió conformar una sola lista de candidatos a diputados y que un solo aspirante a la senaduría pegue boleta con la suya, con el objetivo de que ambas Cámaras sean afines, por lo que el resto no podrán competir o tendrán que hacerlo contra la estructura del partido.

Aunque Bordet impuso una ley de lemas encubierta al permitir que todos los precandidatos a intendente peguen boleta con su candidatura, la situación de las senadurías generó gran malestar en quienes tuvieron que declinar sus candidaturas, y fue celebrada y defendida dentro del gobierno provincial.

Es por eso que los precandidatos recordaron la situación de 2015, cuando la decisión del no pegado con Urribarri ya había sido tema de disputa, enojos y portazos.

En esas elecciones, Urribarri impulsó la candidatura de Bordet a la gobernación, y optó por la estrategia de llegar a las PASO con el peronismo unido, sin internas, por lo que los candidatos a intendente “no bendecidos” debían jugar con la boleta “cortita”.

Esa determinación le valió al ex gobernador y hoy presidente de la Cámara de Diputados numerosas críticas de quienes pedían que se los dejara participar de la interna.

Es más, hubo seis amparos promovidos por candidatos justicialistas a intendentes de diferentes puntos de la provincia para poder pegar su boleta con la lista oficial de Bordet, Adán Bahl y Urribarri.

La primera acción de amparo fue planteada por la lista 104 que llevaba como candidatos a intendente y viceintendente de Paraná a Gastón Grand y Leonardo Nano Centurión, quienes, tras un fallo favorable en primera instancia y la apelación de la Junta Electoral, recusaron a la presidenta del STJ, Claudia Mizawak.

Las críticas y cuestionamientos a Urribarri y su decisión fueron numerosas. El ex intendente José Carlos Halle era uno de los que quería ser candidato y que, tras la bendición del ex gobernador a su delfín en Paraná, Blanca Osuna, se distanció junto a su esposa Rosario Romero de manera rotunda del hoy presidente de la Cámara.

Es más, tal fue la bronca que Halle y Romero aún no le perdonan esa situación a Urribarri, ya que el ex intendente se consideraba capaz no solo de imponerse en una PASO ante Blanca Osuna, sino también de derrotar a Sergio Varisco en la general.

El enojo continúa hasta el día de hoy, al punto tal de que ese sector fue el que puso mayor resistencia al acuerdo entre Bordet y Unidad Ciudadana, que integran Urribarri, Solanas, y Blanca Osuna.

Los actuales precandidatos a senadores del PJ y los que ya se bajaron, recuerdan aquella situación de 2015 porque, sostienen, resulta curioso que quienes se opusieron fervientemente a la decisión de Urribarri de no permitir pegados para la intendencia, hoy avalan a Bordet en el caso de las senadurías.

Si bien Bordet ya lo había anunciado hace meses, la confirmación de que, para poder presentarse a las PASO, los precandidatos a senadores debían ir con la boleta corta generó un fuerte malestar.

Fue por eso que surgieron las críticas hacia los sectores que en su momento cuestionaron a Urribarri y hoy, ya parte del armado de Bordet, apoyan la decisión del gobernador.

Entre los que se mostraron más molestos se encuentra el concordiense Marcelo Cresto, quien no pudo pegar con la lista oficial, y desde su entorno manifestaron un gran malestar.

En Paraná, se bajaron Marcelo Casaretto y Miguel Ruberto, con quien Adán Bahl se había comprometido a permitirle pegar, pero optó por priorizar la unidad del peronismo.

Estos ahora ex precandidatos, y otros, recuerdan aquella situación de 2015 y comentan irónicos que “los que se enojaban ayer porque Urribarri no los dejó pegar, hoy apoyan que nos saquen de la cancha a nosotros”.

Recuerdan también que algunos de los que a partir de ese momento tuvieron diferencias irreconciliables con el ex gobernador, hoy apoyan fervientemente la estrategia del no pegado.

Unos murmuran que “así son los vaivenes de la política” y, resignados, se bajaron y otros comentan “cómo cambian las cosas de los dos lados del mostrador”.

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