La tercera designación de Lara en menos de una semana causa bronca porque se trata de un funcionario que fue director en un organismo en el que se perpetró un millonario fraude al Estado entrerriano.
Diego Lara asumió el pasado miércoles al frente del Tribunal de Cuentas de Entre Ríos y, en menos de una semana, ya hizo tres designaciones, a pesar de que el gobernador Gustavo Bordet se jactó de no haber hecho nombramientos a dedo.
Si las dos primeras causaron polémica por haberse realizado el día posterior a la asunción y porque en el organismo hay personas capaces de ocupar los cargos, la tercera provoca fuerte indignación ya que el nombrado en el principal organismo de control es un funcionario que fue director en un organismo en el que se perpetró un millonario fraude al erario público provincial.
Se trata de Damián ‘Pipeto’ Zof, quien fuera director de Impuestos durante la gestión de Marcelo Casaretto al frente de la ATER, cuando en 2014 se destapó un millonario fraude al Estado provincial, que asciende a más de cinco millones de dólares.
En aquel entonces, se descubrió un aceitado mecanismo de compensaciones apócrifas, truchas, en una causa que quedó en manos de la jueza Marina Barbagelata.
El Código Fiscal prevé un proceso para quienes son proveedores del Estado y tienen facturas impagas, que utilizan dichos créditos a favor para extinguir sus obligaciones fiscales, como una “compensación”.
En otras palabras, había personas físicas y jurídicas con cuantiosas deudas que eran “borradas” del sistema simulando compensaciones reales.
En la investigación salió a la luz que una de las personas que tenía las claves para cargar los pagos era la jefa de Despacho de la ATER, Estrella Martínez de Yankelevich; y su empleado, en Mesa de Entradas, Daniel Gaggión, que fueron suspendidos inmediatamente.
Además, el fraude le costó el cargo al por entonces tesorero general de la provincia, Gustavo Gioria, que habría estado involucrado junto a empleados del organismo y una red de contadores, quienes le ofrecían el “servicio” a privados.
Los involucrados, Yankelevich y Barreto, romperían el silencio y provocarían un escándalo.
Lo llamativo del caso es que Yankelevich, una de las principales acusadas en el millonario fraude, no se quedó callada a la hora de declarar e involucró directamente a Zof, con quien compartía oficina, al asegurar que este tenía la clave de acceso al sistema informático que permitió el desfalco.
Por esas declaraciones, Zof le envió una carta documento a Yankelevich para que ratificara o rectificara sus dichos, ya que los consideraba “acusaciones calumniosas con imputaciones delictivas contra mi persona, atribuyéndome falsamente haber tenido intervención en trámites de compensaciones irregulares que como es de público conocimiento fueron oportunamente denunciadas ante la Justicia por la Dirección Ejecutiva de la ATER y que dieron origen a la causa en la que Usted reviste como imputada”.
Mientras la causa sigue su curso en la Justicia por un fraude de más de cinco millones de dólares, el entonces director de Impuestos de la ATER llega al Tribunal de Cuentas, el máximo órgano de control de la provincia, de la mano de Diego Lara.
La designación de Zof como tercer vocal generó un clima interno muy complicado y comentarios muy negativos entre los trabajadores, que consideran que hay personal de sobra muy capacitado en el organismo.
Desde el TDC afirman que Zof llega a ese organismo por la amistad que tiene su mamá con la ministra de Gobierno, Rosario Romero, y que habría sido un pedido de la madre.
Igual malestar habían generado la semana pasada dos nombramientos realizados por Lara al día siguiente de asumir en el Tribunal de Cuentas.
Las personas nombradas son dos abogadas. Una de ellas es Clara Bassa, que fue designada asesora jurídica del TDC y ya ocupa el mismo cargo en Fiscalía de Estado y, además, es integrante del Consejo Administrativo del CEMENER. La otra es Mariana Baumann, nueva secretaria letrada del Tribunal de Cuentas.
Entre los abogados del organismo se generó un gran malestar porque las dos nuevas designadas ocupan cargos que los trabajadores aspiraban a poder concursar y se les quitó la posibilidad.
Además, los nombramientos se produjeron apenas minutos después de que el gobernador Bordet, en el acto de asunción de Lara, remarcara su “satisfacción” por haber completado las vacantes en el TDC y por “no haber designado absolutamente ningún miembro del Tribunal de Cuentas discrecionalmente”.
Por ello, las nuevas designaciones generaron un fuerte malestar entre los trabajadores, no solo porque el nuevo presidente del organismo de control es muy hábil para eludirlos él mismo, como hizo cuando un ciudadano requirió saber cuántos contratos de la legislatura posee y acerca de su patrimonio.
A pesar de ello, está a cargo del principal organismo de control de la provincia, lo que genera fuerte malestar entre los trabajadores, que hablan de corrupción, irresponsabilidad e inmoralidad.
La situación también generó malestar y comentarios en el ámbito judicial, a pesar de lo cual continuarían las designaciones polémicas. Además, según dicen los empleados de carrera del TDC, lo pusieron a Lara porque «si hay corrupción, que no se note».
4 comentarios
Y la esposa de Zof directora de impuesto de ATER, todo queda en familia!
Como dijo el gran filosofo:PEPE
Los POLITICOS, no son inteligente, la mediocridad y su incapacidad intelectual no sabe diferenciar entre hacer el bien o ser corrupto. La corrupción de los políticos/as es comportarse de una manera inhumana. Todos los sistemas son corruptos. Todos los gobiernos y todas las leyes existen para beneficiar a aquellos que están en el poder.
cada dia da mas asco los politicos paredon x todos.
Lara siempre fue un corrupto, pero la monje negra es Rosario Romero…