En medio del aumento de restricciones, la inexplicable apertura de las salas de juego

Dentro de los casinos no se cumplen los protocolos y son potenciales focos de contagios, mientras que puertas afuera los vecinos afrontan cada vez más prohibiciones.

Mientras se siguen implementando más restricciones; se discute acerca de la presencialidad en las escuelas; hay más controles sobre los privados como restaurants, bares, comercios; las reuniones sociales se prohíben por el DNU nacional y un decreto provincial, por temor al colapso del sistema sanitario frente al aumento sostenido de casos positivos de coronavirus, los casinos de la provincia continúan abiertos.

La medida, en medio de las restricciones y prohibiciones, no tiene explicación lógica.

Los casinos y salas de juego de la provincia están abiertos y con aforo de hasta 300 personas.

En Victoria, el casino nuclea a personas de diferentes zonas de la provincia y también de la de Santa Fe, como Rosario y sus alrededores.

Es más, vecinos de la ciudad denunciaban a este Portal el pasado fin de semana acerca de la gran conglomeración de personas que se daba puertas adentro de la sala, sin barbijos ni distanciamiento.

Los casinos que se encuentran en suelo entrerriano son públicos pero administrados por privados, que en su mayoría no residen en la provincia, aunque algunos también están a nombre de testaferros.

Daniel Mautone, el empresario dueño de Casino Victoria reside en una lujosa zona de Buenos Aires; Jorge Pérez, dueño del Neo Mayorazgo y de Canal 9, es de nacionalidad boliviana, reconocido inversor en el mundo de las criptomonedas; Cacho Ferrari, de Newtronik, reside en Uruguay.

En otras palabras, el negocio del juego, que se lleva grandes sumas de los bolsillos de los entrerrianos, es patrimonio de la provincia, pero el gobierno le cede la administración a los privados para que hagan negociados millonarios, siendo que ni siquiera son entrerrianos ni viven en Entre Ríos.

Solamente en el mes de marzo, el Casino Victoria recaudó 93 millones de pesos. Una sola sala de juego levantó esta suma, sin contar a todas las otras que se encuentran en diferentes puntos de la provincia, aunque lo recaudado no va a las arcas provinciales.

En tanto, las salas de juego provinciales siguen abiertas. Mientras a los vecinos se les dice que no se pueden juntar 10 personas en un lugar cerrado, en las salas hay hasta 300 personas.

Es sabido que el juego provoca reacciones de adrenalina y tensión en las que difícilmente la persona recuerde seguir las medidas de prevención del coronavirus. En un estado de ansiedad difícilmente se ponga alcohol en gel, se coloque bien el barbijo, no se toque la cara, mantenga la distancia y demás.

Eso no solo pone en riesgo a las personas que concurren para jugar, sino también a los trabajadores de los casinos, que quedan expuestos ante el virus sin que ni siquiera se les reconozca la productividad, algo que vienen reclamándole a las autoridades del IAFAS desde hace tiempo, como el pago del código 248.

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Hasta el momento, el gobernador, los ministros, Silvio Vivas, o algún otro funcionario, no han explicado cuál es el motivo por el que las salas de juego siguen abiertas mientras se recrudecen las restricciones con respecto a todo lo demás.

Los vecinos de la provincia, preocupados por el aumento de casos, no encuentran una explicación al porqué se mantienen abiertos los casinos en los que los protocolos son prácticamente inexistentes y son un gran foco de contagios.

El argumento que podrían utilizar de la recaudación es sumamente refutable, ya que del 100% de lo recaudado apenas un 30% va a las arcas provinciales, el otro 70% engrosa las cuentas multimillonarias de los empresarios.

De cada 100 millones, aproximadamente la recaudación mensual de estas salas, 700 van al privado y apenas 30 a la provincia, para invertir en acción social.

Es por ello que no se entiende por qué siguen abiertas las salas, en donde el cumplimiento de los protocolos no existe, porque la lógica misma de los casinos hace que los jugadores olviden la realidad y el contexto.

Para los vecinos, los controles son cada vez más estrictos, en las salas de juego cada vez hay más permisividad.

En tanto, el gobernador y sus funcionarios siguen sin explicar cuál es la razón por la que los casinos están abiertos. Las razones serían varias miles de millones.

1 comentario

teresa 20 abril, 2021 at 4:44 pm

LAS SINRAZONES DE UN ESTADO QUE NO TIENE LÍMITE NI OBJETIVO

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