El culebrón del Jury

El Coque García y su adjunta, Cecilia Goyeneche, están distantes de ser los héroes civiles en lucha contra la corrupción política estatal con que pretenden revestirse.

Está evidenciado que en el famoso “megajuicio” han apuntado los cañones contra los “perejiles”, ,soslayando la princípalísima responsailidad política de los grandes cabezones. Cierta prensa menciona el “megajuicio” contra el ex gobernador Urribarri, pero Urribarri no está ni siquiera imputado. Dice la Goyeneche que por “preservación” (¿¿??).

No obstante, no deja de tener su importancia, aunque más no fuera desde el punto de vista político, que avance, con la espectacularidad del caso, un proceso que ponga al descubierto los manejos corruptos del estado entrerriano. Aún con la insuficiencia que señaláramos, ello despierta una señal de “alerta” en el poder político, más aún de quienes han perdido estrepitosamente las elecciones: hoy van contra los “perejiles”, mañana, en otro contexto, la cosa puede llegar a apuntar más arriba.

Es necesario, entonces, mandar un claro mensaje a algún funcionario judicial que se le quiera dar por hacerse demasiado el “independiente” y remover el avispero en demasía: miren que, a pesar de todo, nosotros seguimos controlando fuertes resortes del poder político y judicial y podemos ponerles un ”parate” en cualquier momento.

La corporación político-judicial, representada en el Jurado de Enjuiciamiento, agarra al vuelo la oportunidad que le brindan los denunciantes, desde ya es comprensible que lo hagan los legisladores oficialistas Gay y Zavallo que integran el Jury. A los tres del Superior Tribunal, pese a sus diferencias , los une el peligro que puede afectar a su respectivo referente particular: Carubia, con el devaluado Busti; Claudia Mizawak excusada en todas las causas por su relación con el embajador en Israel, se olvida hacerlo en ésta, y Carbonell, siempre listo a las órdenes de Gustavo.

Insólitamente (no es común que un juez explique antes de dictar sentencia el por qué de su voto), tratan de justificarse a través de un “comunicado” (que firman ellos solos, pasando de corbata al resto de sus compañeros del Jurado); pese a su confusa redacción no muy consustanciado con el inmortal idioma de Cervantes, puede colegirse el mensaje: “muchachos de Fiscalía, no se preocupen que a su jefa nosotros la suspendamos, le bajemos el sueldo y la pongamos contra las cuerdas, ustedes no deben sentirse presionados ni intimidados en su noble tarea de hacer justicia contra viento y marea”.

El Jurado dispone la formación de causa a la Fiscala. La suspenden de sus funciones, es decir no sigas embromando con el megajuicio o afines. Hay que correrle vista al Fiscal para que acuse en quince días. Pero ocurre que si acusa un Fiscal de la lista, es un subordinado de la acusada. Entonces, el Jurado, ilegalmente, elimina a Fiscalía y pasa la pelota a una lista de “conjueces” debidamente manipulada, que integran “compañeros” que no los van a defraudar.

El jurado dispone la “formación de causa”, es decir, es el que acusa. ¿Y saben quién resuelve? ¡pues el mismo Jurado! ¿no será un tanto inconstitucional?

Para agregar un ingrediente más al vodevil, se pronuncia la Asociación de Magistrados. ¿Quién tiene la culpa? Pues nada menos que los medios de comunicación. Para el gremio de los togados es “insólito” que la prensa se entere y anticipe el resultado de fallos y decisiones de la Justicia. Parece que viven en otro planeta, pues lo usual y reiterado es lo contrario.

Hay más episodios en esta divertida comedia de enredos…