Cristina, la única que conoce de verdad a Milei

El querido Presidente rezó en el Muro de los Lamentos, prendió velas en el Santo Sepulcro, hoy estará en la canonización de Mama Antula y mañana se reunirá con el Papa. La conclusión es obvia de toda obviedad: está reclamando la urgente asistencia de las “fuerzas del cielo”, porque solo no está pudiendo con las malignas fuerzas del infierno.

Las tropas celestiales, es cierto, como que no terminan de llegar, y entonces los demonios se pasean orondos por aquí. Lo que puede dejarnos tranquilos, al cabo de una semana en la que asistimos a la traición de gobernadores, legisladores y hasta de algunos de nuestros soldados, es que tenemos al frente a un hombre de fe. Gloria a Dios en las alturas, y confianza en Javier en este valle de lágrimas. A ver si nos entendemos: nada de la coyuntura política argentina se explica si no es a través del hecho incontrastable de que nos guía un iluminado, acaso un profeta, un buen pastor. El problema es el rebaño, Javi: cuántas ovejas descarriadas. Contamos con tu sabiduría y misericordia para rescatarlas. Y contamos también con tu motosierra.

Es interesante esa doble dimensión en la que se mueve nuestro líder. A la piadosa unción en los lugares sagrados le sigue, con igual fervor, el pulso firme para retuitear a tipos que hablan de ir a la guerra, o que piden pasar a degüello a la casta, o que llaman “putitas” a los radicales. Qué bien asimiló aquello de “a Dios rogando y con el mazo dando”. Estos días por momentos podíamos pensar que se pasaba de rosca con los ruegos, hasta que enseguida aparecía la fiera salvaje: “La ‘Ley de bases’ les sacó la careta a los delincuentes que arruinaron el país”. ¡Bien dicho, eminencia reverendísima! Así eran los cruzados de la Edad Media: en una mano la Cruz y en la otra, la espada. Che, ¿y si además de profeta y pastor nos ha tocado en suerte un cruzado? Que se pongan a temblar los infieles: sobre ellos caerá la justicia divina; o la justicia mileiana, que de divina no tiene nada.

No pretendo inmiscuirme en esas plegarias de Javier al dirigirse a la Providencia, pero ojalá que se le ocurra ir a fondo. La bendita ley, que era como nuestros mandamientos, nuestros 664 mandamientos, se cayó también por impericia propia. No todo es culpa de los impíos. Escuché cosas feas de los generales que comandaron esa batalla. De Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, me dicen que para todos ha pasado a ser solo Martín, “porque no se merece el Menem un chico que no caza one: ni siquiera conoce el reglamento de la Cámara”; del jefe del bloque, Oscar Zago (ex-UCR, ex-Pro, excasta), lo mismo: la pilcha le queda enorme; de Santiago Caputo –”ministro del pensamiento”, lo llama el Presi– comentan que se presentó al Congreso sin haber leído el proyecto e ignorando cosas elementales: le mencionaban organismos y no estaba enterado de su existencia (sí lo elogiaron como publicista: se mostró sinceramente preocupado por las fotos); del ministro del Interior, Guille Francos, cuentan que fue buenísimo en las reuniones con la oposición y un espíritu extraviado fuera de ellas, porque en la Casa Rosada le sacaban el banquito; Luis Caputo ha pasado a ser mala palabra en Diputados por no haberse animado a dar la cara y defender la ley; supongo que para Luisito muchas cosas de la ley eran indefendibles. ¿Karina, “el Jefe”? El biógrafo de Milei, Juan Luis González, sostiene que al Presidente no le caben dudas “de que su hermana es Moisés”. Yo no estoy tan seguro, a Moisés me lo imaginaba distinto, pero por las dudas no me meto con ella. ¿Karina? Diosa.

El atrevido de González apunta sobre Javier: “Su relación mesiánico-mística es parte de lo mismo: vida, política, religión y esoterismo es para él una sola cosa”. Y agrega: “Veo un incremento muy marcado en la inestabilidad de Milei. El hecho de que en un solo día tuitee o retuitee 500 veces no lo hacía ni antes de ser presidente”. Lo que dije: este pibe es un zarpado.

El Presi se puso a rezar y, creer o reventar, enseguida le llegó una ayuda, inesperada, a todas luces milagrosa: recibió encendidos elogios de Cristina. No sé si es exactamente lo que él estaba pidiendo, pero con los dioses pasa eso: escriben derecho sobre renglones torcidos. Cris, la gran inversora en empresas gringas y en Mercado Libre, se franqueó con el periodista Roberto Navarro. Le dijo que Milei “es hoy el político que mejor está haciendo las cosas en términos de técnica política”, que “la inflación va a ir bajando” y que “en julio va a dolarizar con los dólares del campo”. A ver, si son flores no nos fijemos de dónde vienen. En la semana en que la ley ómnibus chocó y tuvimos que sacarla de circulación, estas palabras de la señora son como maná caído del cielo. Cris dijo además que Milei “es kirchnerista en su manera de obrar, es decir, siempre redobla la apuesta y nunca va para atrás”. Tomá mate con bizcochos.

Javier, cada día estoy más convencido: Cristina es la única que te conoce el alma.

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