Un hombre fuerte de un organismo descentralizado acaba de clasificar a un mundial tras una exigente carrera en el sur. Sin embargo, su verdadera destreza no está en la montaña, sino en su capacidad de «todo terreno» para tender puentes entre el peronismo, la Casa Gris y la Justicia.
El pasado fin de semana, en los paisajes escarpados cerca de Bariloche, un funcionario entrerriano completó una hazaña física notable: una ultramaratón de casi 90 kilómetros sobre piedra y montaña. Su resistencia le valió la clasificación para el Mundial de Francia. Pero mientras sus piernas se recuperan del esfuerzo físico, su teléfono no deja de sonar para atender un terreno quizás más pantanoso y complejo que el del sur argentino: el nexo entre la política y los tribunales.
Se trata de Marcos Rodríguez Allende, quien recientemente asumió responsabilidad máxima en el Ente Provincial Regulador de Energía (EPRE).
Escalada a la cima del EPRE
Rodríguez Allende no llega como un paracaidista. Es un empleado de carrera del organismo y se ha desempeñado como Director Jurídico desde la creación del mismo. Ahora, tras la renuncia de Juan Domingo Zacarías. El abogado penalista toma las riendas. No lo hace bajo la figura de interventor, sino asumiendo la responsabilidad institucional natural de su cargo jerárquico.
La ironía del destino —o la cintura política— quiso que Rodríguez Allende reemplace a quien es, a su vez, su defendido. El letrado representa a Zacarías en la causa que motivó su paso al costado.
El «puente» con la Justicia
Más allá de su rol técnico en el ente regulador, en los «mentideros» de la política y tribunales se le reconoce un valor agregado: es un interlocutor válido para todos.
Su perfil de «todo terreno» se explica por su capacidad de estar en contacto fluído como consultor, interlocutor y mediador de sectores que hasta son antagonistas:
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Por el PJ: Es hombre de confianza de figuras como Adán Bahl (de quien es asesor legal y defensor, como en el juicio contra el youtuber Prestofilipo), José Carlos Halle y Rosario Romero, entre otros.
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Por el Gobierno: Mantiene líneas directas con funcionarios clave de la gestión actual, como Manuel Troncoso y Néstor Colella.
«Es un mediador natural. Donde a otros se les cierran las puertas, él entra, habla con fiscales, se sienta con jueces y acerca posiciones», comentan fuentes de los pasillos de tribunales.
Un penalista de alto perfil
La figura de Rodríguez Allende es bien conocida en la esfera pública por su intervención en causas de alto voltaje político. Además de defender a Bahl y Zacarías, representa a un sin número de dirigentes politicos en diferentes causas.
Su designación tácita al frente del EPRE confirma que, en tiempos de grietas profundas, la política entrerriana sigue necesitando operadores que funcionen como bisagras. Un funcionario que, al igual que en la ultramaratón de Bariloche, demuestra tener aire y resistencia para recorrer los terrenos más difíciles sin tropezar.
