Ay Andrea vos sí que sos ligera
La señora, con un cargo político en el municipio, con funciones de secretaria privada y con una alta remuneración, por si las moscas, le pidió a su marido que la haga nombrar también en otro lado, pero efectiva.
Según comentan los mentideros indignados cercanos al despacho del intendente de Victoria, Rubén Darío Garcilazo, se vienen épocas de elecciones y, más allá de que el actual intendente quiere repetir y sostiene que así será, parece que esto no convence ni a los más íntimos, ni a su propia familia.
La mujer de Garcilazo, designada en el municipio con un cargo político, cumpliendo funciones de secretaria privada, con una alta remuneración no estaría muy convencida de que su marido continúe al frente de la ciudad, ya que, comentan los mentideros, le solicitó que la haga nombrar también en otro lugar y que la deje en planta permanente.
Un pedido que el intendente podía cumplir dentro del municipio, pero al otorgárselo perdía automáticamente el sueldo y el cargo político por la incompatibilidad entre los cargos.
Y, según comentan los mentideros, para no resignar el cobro de un sueldo, eligieron una repartición donde legalmente pueda percibir ambos: el ministerio de Salud, puntualmente, el hospital geriátrico “Domingo Cuneo”.
Este pedido causó indignación en los mentideros políticos del PJ de Victoria ya que es conocido que mucha gente ha ido al nosocomio a pedir trabajo, obteniendo siempre la respuesta de que no había vacantes y que no había presupuesto para generarlas.
Es más, la indignación también vendría porque, según los mentideros, la Señora, Andrea P., de profesión kinesióloga habría iniciado todos los trámites y gestiones en el nosocomio para declare en carácter de urgente la necesidad de designar a una nueva kinesióloga, es más, las autoridades del hospital ya tendrían todo arreglado y la mujer estaría a punto de ser nombrada en planta permanente en el organismo.
