Lo usaron, lo entregaron y hoy pasa factura

14 años después de repetir que todos lo negociaron para cobrar, Casaretto va por la revancha.

Varias son las anécdotas alrededor de los malos tratos electorales que ha padecido el hoy candidato a diputado nacional en primer término por el justicialismo.

Sin dudas la más comentada es la del 2005 cuando Marcelo Casaretto se presentó como candidato a diputado nacional, compitiendo internamente contra la lista de Jorge Busti.

En aquella oportunidad, más allá de las expectativas y sondeos que manifestaba públicamente Casaretto, su lista no sacó ni el 6%, constituyendo un duro fracaso electoral para el contador.

La previa, el armado de la lista del profesional oriundo de Tala, constituye un dato anecdótico que no muchos conocen.

En aquel momento, el sector que conducía Casaretto estaba integrado por Santiago Gaitán, Mabel Solanas, Gustavo Bordet, Cristina Salas, Delma Bertollyotti, Marina Choternasty, entre otros.

La reunión del armado se hizo en Paraná, en una residencia de la Toma, propiedad de un conocido empresario y político de la ciudad.

Asado fue el menú elegido, bien regado por supuesto, concurriendo todos los nombrados, incluso el hoy gobernador, que en aquel momento era conducido por su jefe político Casaretto, algo que no muchos saben.

La lista enfrentaría ni más ni menos a la que armó el entonces gobernador Jorge Busti, y que llevaba como candidatos a Blanca Osuna, Raúl Solanas y José Lauritto.

Un Busti que se dedicaba a hacer política, y que hizo lo suyo para desarmar la entonces la lista 33.

El primero en darle la espalda al hoy con un pie dentro del Congreso fue el propio Bordet, quien aceptó el Ministerio de Salud y Acción Social, cargo que le ofreció Busti para su dimisión.

Luego fue el turno de Santiago Gaitán a quien también llamó Busti.

Gaitán en aquel momento era secretario general de SOEVER, ofreciéndole el mandatario provincial el manejo de Vialidad, aceptando y renunciando a la lista.

Lo mismo pasó con Cristina Salas, que se quedó con una importante asesoría letrada del gobierno provincial, Marina Choternasty, aceptando la dirección del Hospital de Santa Elena y Delma Bertollyotti otro cargo importante y con posterioridad una diputación.

Uno a uno el mandatario provincial los fue llamando y se fueron bajando, dejándolo solo a su jefe político.

Casaretto, a pesar de las renuncias, igualmente se presentó a la elección, solo con Mabel Solanas, constituyendo un rotundo fracaso su performance electoral, volviendo ahora de la mano de Bordet.

En aquel momento, Casaretto se encargó de dejar muy mal parados a todos, asegurando que lo usaron y lo entregaron, ya que su candidatura sirvió para que muchos cobren, incluso fue el desembarco de varios en política.

El ejemplo más concreto indudablemente es Bordet, hasta ese momento no era nadie políticamente y pasó a ser uno de los ministros.

Una de las anécdotas que comentan, que siempre cuenta Gaitán de aquel entonces, es que cada vez que iba a los barrios, los militantes le pedían que vaya solo, «no traigas a éste» por Casaretto, bueno ahora «éste» es llevado por Bordet para el Congreso Nacional.

Un Casaretto que desembarcó en la lista del justicialismo, según dicen, por sus fuertes lazos con empresarios y miembros de la cámara de la construcción y con algunas facturas para Bordet y que ahora  va por la revancha luego de 14 años de haberse quedado solo con su fiel compañera Mabel Solanas.

El contador que perdió en Macíá, Tala, sus pagos, como también en toda la provincia, que cuando se puso en consideración del electorado le fue muy mal, hoy es candidato de la estructura y colgado del saco del kirchnerismo que tanto crítico, llegará a una banca en el Congreso Nacional.

Si hubo un crítico ferviente de las políticas de Kirchner fue Casaretto quien ejerció constantes férreas defensas públicas en todos los medios a las políticas de Cavallo, su aliado, y muy duro contra las políticas del Kirchnerismo.

Miren si la vida tiene vueltas, que hoy el contador tiene un lugar en la Cámara de Diputados gracias a la tracción del kirchnerismo y el dedo de Bordet.

Un Bordet que ahora paga la ingratitud de aquel momento, su remordimiento por haber dejado solo a Casaretto.