Economía y elecciones: cómo llegarán el dólar, la inflación y el PBI a las PASO

Las consultoras alertan por el ritmo de suba de los precios y la pérdida del poder de compra del salario. El factor que ordena las expectativas y el termómetro del consumo

La economía muestra una foto con una actividad todavía en movimiento pero con una marcha mucho menor a meses anteriores, indicadores sociales en un momento crítico, un dólar que sigue marcando el ritmo de la volatilidad y en las expectativas. Y sobre todo, una inflación en aceleración, que avanza a un ritmo cada vez más cercano a las dos cifras mensuales. Ese escenario enmarcará la celebración de la primera instancia electoral del año, las PASO, a mediados de agosto.

Ese conjunto de variables macro parecen ofrecer un paisaje muy desafiante para las chances electorales del oficialismo. Para las consultoras y analistas privados las cifras que mostrará la economía en los próximos meses serán incluso más críticas que las que registraban en elecciones anteriores.

Un informe de la consultora Ecolatina midió esa particularidad. En términos de pobreza, consideró: “Estimamos que actualmente ya supera el 40% de la población, registro que no sólo supone el nivel más elevado para un año electoral, sino que es el mayor desde 2005″.

En ese plano, mencionó el estudio privado que “esta desmejora tiene lugar frente a una creciente inflación que estimamos supere el 115% interanual en mayo, alcanzando niveles considerablemente superiores al del resto de los años electorales (los mayores desde 1991, a la salida de la última hiperinflación)”, apuntó.

Para dar cuenta de la magnitud, la suba de precios se ubica 70 puntos porcentuales por encima del último año electoral (2021), 60 puntos porcentuales por encima de 2019 y 90 puntos porcentuales por encima del promedio de inflación anual del resto de los años electorales analizados (25%), que exhibieron una cifra anual en un rango más similar”, continuó.

Ligado a eso, un dato central es el nivel de los ingresos, que puede marcar a fuego las posibilidades electorales del Frente de Todos. “El valor del salario mínimo, la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la jubilación mínima exhiben asimismo una notable merma en su poder adquisitivo: el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVyM) perdió 37% de poder de compra respecto a 10 años atrás (elecciones de 2013), la jubilación mínima 24% (aun contemplando los bonos actuales) y la Asignación Universal por Hijo (AUH) 18%”, mencionó Ecolatina.

Una conclusión similar sacó Ricardo Delgado, economista de Analytica, consultado por Infobae. “El dato más relevante es que la economía va a llegar a las PASO con el salario real más bajo de los últimos 15 años, en promedio. Entre los informales esa va a ser la situación más compleja”, apuntó.

En términos generales, Delgado describió: “un escenario base de acá hasta agosto con una tasa de inflación en torno al 8% mensual, que no va a bajar. No vemos devaluación o un salto discreto en el tipo de cambio, incluso vemos un cierto ritmo de crawling peg acercándose pero no igualando a la inflación”, aseguró.

Por último, el economista de Analytica anticipó que el primer turno electoral estará enmarcado en un ritmo de crecimiento económico “nulo”. “En los últimos 6 meses si se mira el crecimiento mensual se mueve en torno a cero. El dato de EMAE dio 1,5% en el primer trimestre interanual, pero los mensuales oscilan en torno de cero. Ese escenario también lo vemos para el segundo trimestre, con tendencia a desacelerar en julio en términos del PBI”.

Por su parte, la consultora Abeceb también tiene proyecciones actualizadas sobre las principales variables en los próximos meses. Según esa base de datos, la hoja de ruta que prevé la consultora es un salto de la cotización del tipo de cambio contado con liquidación y una brecha cambiaria en ascenso.

En detalle, aguardan un tipo de cambio CCL en torno de $655 para agosto, con un tipo de cambio mayorista en una cifra cercana a $289, lo que implicaría un salto de 22% paulatino a lo largo de los próximos meses. La brecha cambiaria, a la hora de la celebración de las PASO, estaría en torno del 126% y el Producto Bruto habría acumulado a esa altura del año una caída de 4,6% en términos interanuales.

Para conseguir que no se escape la brecha cambiaria, un número central será la cantidad de reservas en el BCRA que deba destinar el Gobierno para contener al dólar.

La consultora Sarandí midió: “proyectando en función de las elecciones pasadas estamos previendo que se deberá destinar un piso de USD 5.500 millones este año para suavizar las subas del dólar MEP y del CCL”.

La consultora LCG trazó un escenario en el cual “con una inflación que sobre un piso del 7%-8% mensual, la velocidad con la que se pierde poder adquisitivo genera una sustitución de consumo ‘suntuoso’ (relacionado al ocio) por consumo esencial (supermercado, por ejemplo), por lo que no somos optimistas a que el consumo traccione la actividad”.

“Esto resulta de relevancia, dado que en 2022 el encarecimiento del dólar paralelo generó una sustitución de ahorro por consumo, condimento que no vemos que vaya a estar presente durante este 2023″, continuaron. Para el total de 2023 LCG proyecta un deterioro de la actividad económica marcado en el último trimestre del año y una caída general de 3,7% promedio a lo largo del año.

Por su lado, Fundación Capital, la consultora que fundó Martín Redrado, también actualizó en los últimos días sus perspectivas para lo que resta del año. “Por el lado de la actividad, la economía verificará una merma de al menos 3% en 2023, en un año sin motores de crecimiento”.

“En detalle, el consumo privado caería 1,6% interanual, ante el menor poder adquisitivo de las familias. En efecto, con la inflación en un escalón superior, los trabajadores experimentarán un sexto año consecutivo de pérdida de poder adquisitivo (-3% los trabajadores formales y -10,1% interanual los informales), a la vez que el mercado de trabajo continuará débil”, mencionó un informe de FC.

“Por su parte, la inversión se retraerá 7,5%, ante la elevada incertidumbre, la baja en la construcción privada y la menor producción de bienes de capital. Aún más, las exportaciones experimentarán una fuerte caída (14,8%), principalmente debido a la sequía histórica. Finalmente, las menores importaciones (11,1%), en el marco de restricciones en ascenso y una demanda débil de la industria, aportarán negativamente al PBI (3 puntos)”, concluyeron los economistas de Fundación Capital.

Demanda doméstica

El consumo es un termómetro relevante para medir el nivel de confianza hacia un Gobierno. Y Ecolatina, en ese plano, hizo una comparativa con las últimas instancias electorales.

“El consumo masivo -alimentos, bebidas y artículos para cuidado del hogar y personal- se ubica actualmente 12% por debajo de 2015 y 5% inferior a 2017 (según Scentia)”.

En ese sentido, continuó el estudio privado: “El patentamiento de vehículos resulta 50% más bajo que en el pico de 2013; el crédito al consumo es 43% más bajo que en aquel año; la compraventa de inmuebles en Ciudad de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires es 5% inferior y la adquisición de electrodomésticos y electrónica de consumo es cerca de 20% inferior a 2017 (más aún respecto a 2015).

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