Analizará un nuevo ofrecimiento salarial a los gremios y permitirá readjudicar partidas del presupuesto 2025 para contener a los aliados; preocupación porque no tienen aún el apoyo de Pro
El Gobierno enfrenta un test crucial con el segundo veto de Javier Milei, el que rechazó la ley de financiamiento universitario. Sin contar todavía con el tercio “salvador” en Diputados -aquel que puede impedir que la oposición reúna dos tercios de los presentes para insistir con la ley-, la Casa Rosada necesita el favor de sus aliados en un contexto más vidrioso que el que tuvo con el veto a la ley de jubilaciones: la postura de Pro está en duda y hay diputados “amigables” que no avalarían un retaceo de fondos a las casas de estudio.
La sesión pedida para el miércoles para tratar el veto a la ley de financiamiento universitario asoma, así, como un punto de inflexión en el oscilante vínculo entre Milei y la fuerza de Mauricio Macri. Con la fragmentación de los 87 “diputados héroes” que habían frenado la reforma jubilatoria, el Presidente depende ahora del bloque que conduce Cristian Ritondo.
El Gobierno trabaja en dos planos. Por un lado, el del orden de la gestión: el Ministerio de Capital Humano trabajará en una nueva oferta a los gremios docentes en las próximas horas. La idea del subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, es que mañana se reúna una “comisión técnica” para analizar la escala salarial docente y el nivel de desactualización que existe respecto a la inflación y al resto del empleo público. Si se llega a una conclusión, el mismo martes se podría citar a una nueva reunión paritaria. Un acuerdo salarial descomprimiría notablemente el escenario en Diputados.
Por otro lado, está en marcha el trabajo político. La reunión secreta del jueves a la noche entre Macri y Santiago Caputo fue un evento inesperado que buscó limar asperezas en la cúpula. En Casa Rosada señalan que fue la segunda vez que ellos se vieron a solas después de que el expresidente apuntara públicamente al asesor presidencial. La cumbre fue “buena”, según graficó un hombre de confianza de Macri, y ayudó a armonizar la crisis con los libertarios.
El Gobierno, en tanto, convocó mañana a Pro y al MID -el bloque de Oscar Zago- a una reunión de “mesa parlamentaria”, encabezada por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos y el titular de la Cámara baja, Martín Menem.
En esa línea, Menem dijo ayer en Santiago del Estero: “No vamos a gastar más de lo que recaudamos, ese es el punto de partida”.
La postura de Pro
El Pro definirá su postura en una reunión de bloque el próximo martes. El escenario está abierto y se espera una tensa discusión en el seno del espacio, porque si bien una mayoría se inclinaría por acompañar el veto presidencial, hay un sector de indecisos que se rehúsa a alinearse de manera automática a la estrategia del oficialismo.
“Si nos volvemos a inmolar para salvarlos y no vemos un cambio de actitud, esta va a ser la última vez”, advierte un referente de Pro.
El jueves, el expresidente insistió ante Caputo en que Ritondo es el único interlocutor que él valida para la negociación parlamentaria. “Seguimos igual, pero esto mejora las perspectivas para el miércoles”, grafican en la bancada de Pro. No obstante, en el entorno de Macri subrayan que la definición sobre el veto se tomará el martes.
Hasta la cumbre entre Macri y Caputo, los colaboradores del expresidente se quejaban por los acuerdos incumplidos. Los amarillos le reprochan a la mesa chica de Milei que no les hayan avisado que negociaban con la CGT la reforma laboral mientras el Pro empujaba un proyecto para limitar el poder de los sindicatos. También quedaron descolocados con el decreto para declarar sujeta a privatización a Aerolíneas Argentinas cuando había arrancado el debate de una iniciativa de Hernán Lombardi para deshacerse de la empresa. “Hemos sido muy generosos con el Gobierno y ellos nos quieren borrar el mapa”, remarca una de las espadas legislativas de Pro.
Los macristas entienden que, como el costo fiscal de la ley universitaria solo compromete un 0,14% del PBI, no hay argumentos para sostener en el recinto la visión dogmática de Milei. Esperan que Milei haga, efectivamente, una oferta salarial para descomprimir el conflicto con los gremios antes de la sesión del miércoles. Días atrás, el Gobierno ofreció para octubre un aumento del 6,8%, que fue rechazado por los sindicatos. Se verá si la “comisión técnica” llega a una conclusión diferente y a un porcentaje mayor.
En La Libertad Avanza (LLA) se aferran a que Ritondo le garantice al menos 34 de los 38 diputados de Pro. Pero los macristas no descartan que haya deserciones de último momento. Por lo pronto, el larretista Álvaro González anticipó que se sumará a la ofensiva opositora para insistir con la ley. Y cuando la norma recibió media sanción en la Cámara baja, se ausentaron González, Héctor Baldassi, Emmanuel Bianchetti y Sabrina Ajmechet. En Pro estiman que esas ausencias podrían mantenerse o ampliarse.
A su vez, los gobernadores Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Ignacio Torres (Chubut) y Marcelo Orrego (San Juan), que tienen injerencia en cinco diputados, aún no definieron si acompañarán el veto de Milei.
En cambio, Menem aceleró los contactos con los cinco radicales díscolos -Mariano Campero, Pablo Cervi, Martín Arjol, José Tournier y Luis Picat- que le permitieron a Milei salir airoso de la batalla por el aumento de jubilaciones. Hasta ahora los radicales esconden las cartas. En LLA aseguran que ya tienen el favor de Campero y Picat, pero estos esperarían a que el Gobierno realice una oferta salarial a los gremios docentes.
Las ausencias y las abstenciones serán determinantes en el resultado. Zago, por caso, no estará en Buenos Aires la semana próxima.
En las últimas horas, el gobernador tucumano Osvaldo Jaldo, que controla el bloque Independencia, dio pistas de que podría acompañar al Gobierno: “El déficit cero no lo podemos perder”, planteó.