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La Cámara Baja abrirá un debate que podría durar varios días. Los bloques dialoguistas prometieron dar quorum y votar a favor “en general”, pero podría haber más cambios en la votación en particular. UxP jugará fuerte.
Finalmente, luego de tres semanas de debate y negociaciones, con un centenar y medio de artículos menos y pese a las dudas de todo el arco político, la Ley Ómnibus llega este miércoles al recinto de Diputados en lo que será el inicio de una sesión, cargada de tensiones, que duraría días, con probable “cuarto intermedio”. El debate plantea serios desafíos para el Gobierno de Javier Milei, la oposición “dialoguista” y para la oposición más dura de Unión por la Patria, que jugará fuerte.
El gobierno tiene todo dado, gracias al respaldo de los bloques “dialoguistas”, para alcanzar el quorum y aprobar el paquete de reformas “en general”, siempre que exista una inesperada ausencia generalizada de legisladores de La Libertad Avanza o de esas bancadas. Pero siguen abiertas varias incógnitas, el proyecto libertario todavía podría sufrir mayores recortes durante el debate y, el oficialismo, más de una derrota en la votación artículo por artículo.
La sesión comenzará a las 10 de la mañana. El oficialismo necesita que al menos 129 diputados estén sentados en sus bancas. La Libertad Avanza, con sus aliados y satélites, puede reunir de base poco más de 40. Necesita, sí o sí, de bloques como el PRO (37), la UCR (34), Hacemos Coalición Federal (23) e Innovación Federal (9), entre otros.
Este martes, todas esas bancadas prometieron dar quorum para que la sesión comience, e incluso que dijeron que darán los votos para que sea aprobada en “general”, con excepción del PRO, que también prometió votar sin grandes diferencias con el oficialismo en la votación en particular, artículo por artículo. Pero, para esa votación, falta mucho.
Se prevé un arranque fuerte y cargado de cruces. Unión por la Patria, según anticiparon fuentes del bloque a este medio, discutirá de entrada la validez del tratamiento del proyecto, por el modo en el que fue acordado entre el Gobierno y parte de la oposición el dictamen de mayoría que se tratará en el recinto. Se esperan varias horas de “cuestiones de privilegio”.
“Ya viene turbio, lo que se va a votar no es el dictamen que se firmó, vamos a estar atentos a cualquier irregularidad. Vamos a dejar en claro que esta ley es el proyecto de país de Milei: privatización, ajuste, persecución y ataques al Congreso. Y que aunque el Gobierno tuvo que sacar el paquete fiscal, el ajuste va a ser mayor, no menor”, señaló un diputado de la principal bancada opositora.
Cuando comience el tratamiento del proyecto, el oficialismo comunicaría formalmente qué artículos finalmente no formarán parte del paquete de reformas, como anunció el Ejecutivo, para evitar que esos puntos engrosen innecesariamente la discusión, y en el transcurso de la tarde informaría por escrito como quedaría el proyecto, que se discutirá eventualmente artículo por artículo. La posibilidad de un “cuarto intermedio” se definirá de acuerdo a cómo avance el debate.
Desde los bloques dialoguistas ya hicieron una advertencia en las últimas horas, cuando prometieron dar quorum: la irritación es grande con el Ejecutivo, por el modo en el que llevó adelante la negociación y por las críticas y amenazas que Javier Milei y sus funcionarios siguen realizando a diario contra las mismas bancadas que decidieron acompañar el paquete de reformas, aunque sea con cambios.
El clima está lejos de ser ideal y -avisan diputados de esos espacios- nuevos dardos de los miembros de La Libertad Avanza contra la “casta” o la “Política”, sin discernir siquiera entre aliados, pueden llevar las tensiones a niveles no recomendables para un bloque de 38 diputados que necesita el quorum no solo para comenzar, sino mantenerlo a la hora de votar.
Desde UxP, en tanto, se encargarán de recordarle a los “dialoguistas” el destrato y la “extorsión” libertaria a ellos y a sus gobernadores provinciales.
Votación en general y en particular: dos sesiones en una
“Serán virtualmente dos sesiones. Vas a tener 20 horas de debate, cada uno se expresará sobre el proyecto en general, todo eso para llegar a la votación en general. La votación en general, que vamos a acompañar, es simplemente la habilitación de la votación en particular. Ahí se viene la segunda sesión, la que importa, y la que va a definir, artículo por artículo, que sale de todo este paquete”, anticipaba un diputado radical.
Es decir, en la votación en general, se aprobará o rechazará el dictamen de mayoría que firmó el oficialismo y parte de la oposición con un centenar y medio de disidencias. Todos los cambios que se discutieron luego de la firma del dictamen y los puntos que decidió quitar el gobierno, deberán discutirse en la votación en particular.
Según indicaban fuentes parlamentarias de todos los espacios, esa discusión muy probablemente sea compleja, caótica y muy trabada y podría demorar decenas de horas.
Hasta este miércoles -más allá de que haya artículos que tuvieron menos notoriedad en la discusión en general de las últimas semanas y que también podrían ser blanco de objeciones y pedidos de cambios en el recinto- en bloques como la UCR, HCF e Innovación Federal seguían planteando rechazo en algunos puntos clave:
- Privatizaciones: aunque YPF quedó fuera de la lista, estos espacios rechazan que se habilite una privatización generalizada de empresas estatales sin un control claro del Congreso empresa por empresa que el Ejecutivo quiera privatizar.
- Delegación de facultades: algunos sectores de la oposición dialoguista quieren limitar delegación de facultades en seguridad, tarifas y energía.
- Deuda: se rechaza la posibilidad de que el Ejecutivo pueda tomar deuda en moneda sin pasar por el Congreso.
- Código Penal: al menos un sector del radicalismo y HCF rechazan las modificaciones en los criterios de legítima defensa y resistencia a la autoridad, así como algunos puntos que suponen mayor control sobre las protestas sociales.
- También hay cuestionamientos a las reformas en Ambiente y Cultura, y -aunque el oficialismo prometió quitarlo del proyecto final- los cambios al régimen de pesca y biocombustibles.
Prueba de fuego para Martín Menem y la Libertad Avanza
La sesión que comienza este miércoles será la primera desde el cambio de Gobierno, pero la segunda para la nueva conformación de la Cámara Baja y para Martín Menem como su presidente.
El debut de Menem al frente de Diputados fue el 7 de diciembre, cuando se concretó la jura de los nuevos legisladores (o aquellos que renovaron su banca) electos en los comicios de octubre, cuando se eligieron las autoridades parlamentarias y cuando se votó el criterio en el que se repartirían los lugares en las comisiones, algo que UxP sigue denunciando que no se cumplió finalmente.
Aquella sesión no fue nada sencilla para el flamante presidente de la Cámara Baja, que articuló durante el último mes en su despacho las negociaciones entre el Ejecutivo y los bloques opositores, aunque con limitado poder de decisión, y que en los últimos días estuvo repasando y familiarizándose con todos los resortes técnicos y reglamentarios para intentar mantener el debate en cauce.
Ese será, fundamentalmente, su desafío: evitar que la sesión se le vaya de las manos. En tanto, el desafío de los diputados de la Libertad Avanza será defender en el recinto un proyecto -considerando que tuvieron baja participación durante el debate en comisión- pero sobre todo “estar” ,tanto para el quorum inicial como para la votación.
Por lo pronto, en los diputados del PRO -así lo prometen en el bloque y así lo creen entre sus ex socios de Juntos por el Cambio- el oficialismo podría tener a su mayor aliado, no exclusivamente para la votación, sino para el manejo de la sesión en sí misma y el cumplimiento del reglamento.
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