La secretaría de Ambiente, en la que se está llevando adelante una millonaria remodelación de oficinas, ahora también contará con una camioneta cero kilómetro.
Entre todos los ministerios de la provincia, el que conduce Juan José Bahillo es probablemente el que tiene la mayor flota vehicular, que sigue creciendo.
Es imposible en Entre Ríos conocer exactamente cuántos autos oficiales hay, ya que esta información, que debería ser de carácter público, se mantiene oculta bajo siete llaves, al igual que la cantidad de funcionarios y la mayoría de los actos de gobierno.
Sin embargo, este Portal pudo acceder a un llamado a licitación para la adquisición de una camioneta pick up doble cabina 4×2, destinada a la secretaría de Ambiente.
Esta área, que depende del ministro Bahillo, últimamente se ha visto muy beneficiada con una gran cantidad de fondos públicos destinados a distintos fines.
El año pasado, mientras regía la ley de Emergencia, se llamó a licitación para reparar la sede de la secretaría, ubicada en calle Laprida, a pocos metros de Casa de Gobierno.
En un día 50 millones para refacciones con los fondos de la Emergencia
La contratación llamó la atención y generó repudio no solo porque estaba vigente la normativa que recortaba ingresos de trabajadores y jubilados para garantizar el funcionamiento del Estado, sino también porque a la par se producían los reclamos de médicos, enfermeros, y demás personal sanitario, que exigía mejoras edilicias en los hospitales y centros de salud de la provincia.
Pero mientras los hospitales, como el San Martín, se caen a pedazos, el gobierno provincial no solo lleva adelante una multimillonaria refacción en la secretaría de Ambiente, sino que ahora también se le comprará una camioneta 0km a esa área.
Crece así, de una forma impresionante, la flota vehicular que tiene a su disposición el ministerio que conduce Juan José Bahillo, que mantiene escondido celosamente la cantidad de autos y camionetas que posee para evitar el escándalo.

1 comentario
Y ni siquiera hace una gestión para que se levante el cepo ridículo a la carne